Soledad como retorno a la mismidad
Luis E. Villegas. N.
Daisy Bates salió de Irlanda a los 20 años y llego a Australia. A los 91 murió en esa tierra que adopto. Pasó 40 anos en el desierto, donde aprendió a llevar una vida radicalmente distinta al común de la gente, donde la soledad dimensionó todos los espacios de comunicación existencial.
Allí vivió, escribió, reflexiono y se
transformó, de hecho, en “protectora de los aborígenes australianos”; cuestión
que, por razones de envidia y pre-juicios, el Estado le negó tal condición. La
naturaleza del desierto y la vida de los aborígenes fue la materia prima
que conformó su cosmos existencial. Desde ese
contexto, escribió y reflexionó constituyendo su horizonte existencial.
La soledad fue la plataforma desde donde erigió su vida y su obra.
Además de lo interesante que resulta la compleja personalidad del personaje biografiado, encontramos el excepcional trabajo de la autora que valiendo de diversos recursos para decodificar la vida del personaje produjo su original biografía.
Julia Blackburn, escritora y
biógrafa inglesa, es la autora de una de las varias biografías que sobre Daisy
Bates (1) se han escrito. Su estilo literario resulto un registro
histórico-biográfico novelado. La autora, consciente de su proceso narrativo
declara su responsabilidad, en tanto que biógrafa, frente al texto. De hecho,
algunos biógrafos cuestionan la perspectiva de su investigación.
Este hecho resulta interesante, y
coliga la personalidad compleja del personaje, al mismo tiempo que requirió, a
juicio de la autora, introducir elementos “Sui géneris” en el método de
investigación, tanto documental como testimonial, dada la presencia de la
autora en los diversos lugares donde vivió el personaje. Tenemos pues un
texto donde ciencia social y trama vital se conjuntan, tanto en el díscolo
personaje como en la autora; que busca decodificar los elementos que centran la
vida del personaje.
La biógrafa descubre que su personaje
miente en aspectos del registro de su vida. Ello implicó que los datos
manifestados por el propio personaje debe circunscribirlos, dado que su
imaginación vuela redimensionando las situaciones vividas. Elementos que
remiten a una infancia compleja y difícil vivida por el personaje.
Sorteando pues las dificultades,
nuestra autora nos entrega una interesante biografía que hace justicia a un
personaje y su contribución al hecho histórico humano.
Texto que trasciende lo estrictamente
biográfico, sumergiéndonos en las imágenes de la naturaleza del desierto y la
vida contenida en ella. Imágenes concebidas bajo el producto de una vida
asumida en soledad y solidaridad con la naturaleza y el hecho humano. Actitud
solidaria frente a un raza que veía extinguirse, dada la desidia de un Estado
cuyo centro de interés es el capital.
Daisy Bates, el personaje protector de los
aborígenes, nos lleva a preguntarnos: ¿Cómo surge esa vocación? ¿Cuál es
la motivación para realizar semejante labor? ¿De dónde proviene la fuerza para
sostener con tal temeridad una empresa de tal característica? ¿Cómo surgió el
engarce entre una geografía hostil y una población aborigen segregada,
apartada, despreciada, portadora de una cultura nómada. Una cultura sin
ropajes, vivían desnudos, tanto en sus cuerpos, como ante la naturaleza
que los cobijaba?
Daisy Bate no era religiosa, tampoco
burócrata del Estado pagado para cumplir una “función social”, Tampoco una
aventurera que bajo un interés personal buscaba obtener dinero. Ella no fue el
burócrata que se instaló en una oficina y cuyo cheque llegaba puntualmente cada
mes. Fue una mujer excepcional, con un sentido de la solidaridad humana
de carácter sin igual
Vivió durante buena parte de su vida en el
interior del país, al sur y el oeste de Australia. Desde allí estudio las
remotas tribus aborígenes australianas. Durante la primera etapa de su vida
como investigadora, además de periodista, abordó la cultura aborigen. Sus
trabajos que fueron publicadas en el Journal of Agriculture y luego en
sociedades antropológicas y geográficas. En 1938, publicó su obra, The
Passing of the Aborigines.
Las incursiones de los colonos europeos
introdujeron nuevas enfermedades infecciosas a la que no tenían inmunidad los
aborígenes. Sus sociedades fueron impactadas por la tecnología moderna y la
cultura occidental, entre ellas los misioneros católicos y protestantes que
fungían como adoctrinadores de los indígenas.
La vivienda de Daisy Bates fue una
carpa instalada en pleno desierto; instalada en un lugar que considera la ruta
de los aborígenes nómadas en su recorrido de norte a sur del territorio. A
pesar de no vivir entre ellos, era considerada “una más”. Logró ser reconocida
entre la sociedad aborigen y su jerarquía. Trascendió el hecho de ser mujer,
permitiéndole participar en las ceremonias ancestrales de la comunidad
aborigen, Fungió como personaje reconocido, a pesar de ser mujer, para
participar en ritos especiales exclusivos de un círculo reducido de la
comunidad
El transito nómada por el desierto
transcurría como ceremonia, pasaban por la Carpa antes de continuar el periplo.
Allí le dejaban sus enfermos, los cuales Daisy cuidaba y enterraba cuando
morían Tenía sus “amigas especiales, las cuales conocía profundamente y
hasta llegaba a envidiar el sentido que daban a su existencia, así como su
relación con la naturaleza del desierto. Muchas murieron muy cerca de
ellas, venían y se quedaban cuando presentían el destino final.
Daisy Bate soportó el intenso calor del
desierto, que la hacía tumbar desnuda en el piso de la carpa, casi perdiendo el
sentido. Añoraba la lluvia. Sonaba con ella. Al ligero cambio de temperatura,
veía con emoción a su alrededor signos de reaparición de la vida vegetal, de
esa naturaleza propia del desierto.
El movimiento de los animales más
característicos, por ella descubierto, nos los muestra en la conformación de
una fauna del desierto, cuya vida pasa desapercibida frente al ojo del
extranjero a la tierra. La visión de esa naturaleza nos las describe con
imágenes difíciles de concebir en un paisaje verde.
Los astros, las estrellas o la oscuridad
de la noche, junto al sonido de un mar embravecido, forman un conjunto cuya
belleza espiritual es pintada por el alma de Daisy Bates.
Su soledad no fue cualquier soledad. Fue
la soledad que discrimina la sociedad de occidente, que nos impedía contemplar
otra perspectiva de la vida.
Nota
1. Julia Blackburn. El desierto de Daisy
Bates. Mondadori. Literatura Inglesa. Género Biografías.1999. Siglo
1. 242 páginas.
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