Suenan tambores de guerra
Luis E. Villegas N.
El devenir próximo no es otro que un nuevo orden
Internacional. El surgido a partir de la segunda guerra mundial está agotado.
Los triunfadores de esta nueva guerra se repartirán el mundo tal y como ocurrió
en Yalta-1945, con viejos y nuevos actores Imperialistas.
¡Siguen sonando, aún más fuerte, los tambores de la guerra! No es un eufemismo. Es más, podemos afirmar, desde un punto de vista histórico, que ésta es la primera guerra mundial en su definición más genuina. Las dos anteriores no reúnen la característica de totalidad que ésta reviste. No hay espacio geográfico del mundo actual que hoy no esté afectado por el fenómeno de la guerra.
Pintura Oleo. Batalla de Ebro. Guerra Civil Española
¿Cómo entender ésta guerra donde estamos
inmersos? Es decir, desde nuestra cotidianidad y no desde la visión que
de ella sembró Hollywood en nosotros. Imágenes desvirtuadas que de ella
que registra, guarda e irradia nuestro imaginario político cultural.
Estar en guerra, al contrario de la imagen
Hollywoodense, no borra nuestra cotidianidad; pero la trasforma e introduce
condiciones que profundizan el estado de emergencia en el cual vivimos. La
publicidad y la propaganda nos distancian de la realidad llevándonos a mundos
ficticios. Sin embargo existen indicadores estadísticos para medir el estado de
la condición de vida de vida de pueblos y países; así como de las condiciones
que caracterizan un estado de guerra. No es esta la información que se difunde.
Tomando en consideración esos estándares, podemos
decir que muchos de los pueblos del tercer mundo viven, y no de ahora, un
estado estructural de pobreza y ausencia de infraestructura, que puede
caracterizase, dado los estandares establecidos, como una condición de guerra.
Pueblos que viven bajo la presión de la inseguridad, hambre y miseria, como
violencia, tanto infantil como femenina, del trabajo, la exclusión, etc., etc.
El enfrentamiento actual entre Estados Imperiales,
cuya hecho más ilustrativo es la Guerra Rusia-Ucrania; impacta el suministro de
energía fósiles a Europa, así como la crisis de producción de granos de
Ucrania y Rusia que provee un significativo porcentaje de la producción
mundial. Elementos estos que forman parte del escenario de guerra y sirven a
los intereses económicos políticos de los dueños del mundo. Este
enfrentamiento no tiene otro fin que lograr posiciones frente al futuro
reparto del mundo; con el cual se inauguraría un nuevo orden internacional.
Varios son los hechos que ponen de manifiesto
la guerra. La invasión de Rusia a Ucrania es parte del proceso de
enfrentamientos inter-imperialistas; no la causa principal de la guerra. En
torno al hecho se van configurando distintos escenarios; unos que tiene que ver
directamente con él y otros que se vinculan indirectamente por el
contexto general del enfrentamiento.
Entre los elementos que conforman el escenario que
caracteriza la guerra encontramos diversos ángulos de su manifestación.
Si observamos la toma de posiciones políticas en torno a la guerra
rusa-ucraniana, por parte de los países, estas se encuadradas según el ámbito
de influencia dominante por parte del país o sector imperial.
Los grandes bloques están enmarcado en: Europa-EE.UU,
por una parte y Rusia y China por la otra. Es Occidente contra
Oriente, por así decirlo.
El ataque a Rusia por el bloque de países alineados
con los EE. UU, ha puesto de manifiesto la dependencia del mundo por
parte del petróleo como energía fósil y de los países que la poseen.
Alternativas en torno a un nuevo modelo han puesto en primer orden la energía
nuclear, con lo cual se están dejando atrás acuerdos y pacto frente al peligro
nuclear.
El negocio de las armas. La confrontación en su
expresión -invasión a Ucrania-, puso en marcha la industria armamentista. Bajo
el argumento de ayuda a Ucrania, diversos países envían arnas; por supuesto,
ayuda que dejara hipotecada a la nación.
Mano de obra barata a la patronal europea. La diáspora
de la población ucraniana que sale del país en calidad de refugiados de guerra,
así como de otros países, llega a diversos países de europeos. Movilizaciones y
asistencia de parte de organismos internacionales de ayuda forman parte del
circuito de la guerra. Diáspora, trabajo y la patronal, forman una triada donde
los patronos europeos explotan a los
refugiados de la guerra como mano de obra barata, con pagos por debajo del
salario mínimo, sin pago de prestaciones y sin reconocer derechos
laborales.
Nuevos espacios de conquista. Finlandia y Suecia
buscan su ingreso a la OTAN después de muchos años de mantener una postura de
de neutralidad. La razón no es otra que la búsqueda de participación en la
conquista del ártico y sus recursos naturales, en el nuevo escenario producido
por la guerra.
En términos de bloques políticos y posturas
frente a la guerra como una de sus partes, EE.UU. convoca para
junio la IX Cumbre de las Américas en los Ángeles. Los analistas ven ello una
acción de alinear a los países sudamericanos a la posición liderada por los
EE.UU en la guerra.
La exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela en la
cumbre ha suscitado diversas reacciones entre los países. Varios se han
pronunciado en contra de manera frontal, mientras otros, piden la participación
de éstos tres países, con posturas ambiguas. En éste contexto se realizó
en Cuba una asamblea del Alba. Allí los diez países miembros manifestaron su
posición en contra de tal discriminación.
Una Cumbre de los Pueblos se ha instalado a pocos kilómetros
de la Cumbre de las Américas. Allí los movimientos sociales de Norteamérica y
algunos Latinoamericanos se han dado cita para pronunciar sus perspectivas de
un Nuevo Orden Internacional basado en la justicia y la libertad. Su fuerza
radica en lo ideológico. Un mayor desarrollo del movimiento social
internacional es un imperativo.
Tenemos pues que estos son sólo algunos de los elementos
que conforman nuestro mundo actual. Mundo que se caracteriza por un estado de
enfrentamiento entre potencias imperiales con impacto en todos los países que
conforman el planeta. Vivimos en un “mundo en vísperas” y el devenir de un
nuevo orden mundial. Dada la experiencia histórica y las características
de los actores principales, dado el poder y el interés que tienen y
defienden, el resultado de tal conflagración no será a favor de la gente,
ni en crecimiento del hecho humano.
El Movimiento Obrero y Social en todo el globo
terráqueo viene reivindicando; es decir, luchando por conquistar aquello que
por derecho le pertenece”: un nuevo orden internacional radicalmente distinto
al de la patronal y los imperialismos. Un orden basado en la justicia y la
libertad. Orden que no se consigue a partir de una guerra imperialista donde
quieren involucrarnos y que no es de nosotros. Nuestra postura no puede ser
cuadrarse en uno de los bandos de los actores de la guerra. Nuestro imperativo
social de clase es el de continuar luchando de manera autónoma e independiente
de Estado, Patronos, Iglesia y todo factor de explotación. Sólo consolidando
nuestras organizaciones de clase, autónomas y libertarias podemos conquistar un
orden de justicia y libertad para todos.
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