Luis Alfredo López Méndez en 1912 comenzó a estudiar en la Academia de Bellas Artes
de Caracas, dirigida por el insigne pintor Antonio Herrera Toro. Recibió clases de Cirilo Almeida Crespo y del
paisajista Pedro Zerpa, entre otros.
En 1919 expuso por primera vez en la Escuela de Música y
Declamación de la Academia
de Bellas Artes. Entre sus primeros
cuadros figuran Retrato de Elsa Martínez, El Güaire, Paisaje y Mercado de San
Jacinto, realizadas todas en 1918.
En 1919 se va del país por razones políticas;
estuvo casi veinte años lejos de su patria: viajó a Nueva York, E.E.U.U., en la Gran Manzana trabajó
como dibujante en una fábrica textil; e ilustrador de las revistas Vogue, Bazar
y Vanity Fair, realizando fashion art (dibujos de modelos); mientras estudiaba
en la Art Students
League, donde permaneció tres años.
Posteriormente viajó a México, Cuba, Francia y
España. En la Habana,
capital de la perla del Caribe, trabajó como diseñador publicitario y dictó
clases de dibujo; e hizo amistad con intelectuales como Amelia Peláez; y los
escritores, Rubén Martínez Villena, Ernest Hemingway, y Federico García Lorca,
entre otros.
En 1936, luego de la muerte de Juan Vicente
Gómez, retornó a Venezuela, como docente en la Escuela de Artes Plásticas
y Aplicadas, dirigida por Antonio Edmundo Monsanto, entre 1936 y 1938. En 1938 fue nombrado director de cultura y
bellas artes del Ministerio de Educación y un año después ocupó la dirección
del Museo de Bellas Artes, cargo que ejerció durante dos períodos (1939-1943) y
(1946-1948), el tema principal de su obra pictórica fue el paisaje. De este
período destacan sus obras dedicadas a La Guaira, Edo. Vargas: Cruz verde de La Guaira (1936) y Paisaje
(1944).
En 1939, López Méndez fue comisionado para
realizar los murales del Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de
Nueva York, cuyo eje temático era “el futuro”.
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