En busca de un lector.

El  2020 fue un año convulsionado… ¿Qué nos depara el  2021?

 Luis E. Villegas N.

Cerramos el año 2020 con grandes expectativas, dadas las duras condiciones que  sufrimos,  y nos preguntamos con inquietud que nos depara el 2021.

En el escenario mundial se ha hecho presente  una especie de “signos de los tiempos”;  dado los acontecimientos que sacuden a todo el planeta, en el marco de un reacomodo del sistema internacional, a causa de la cruenta lucha entre países provocadas  por los centros de poder imperial.

Iniciado el 2020, el 3 de Enero, fue asesinado por los EEUU el General Iraní Soleimani en el aeropuerto de Bagdad. Luego llegó el Covid-19 que cerrando el año (de estas ediciones del Blog), los contagiados a nivel mundial llegan a 63 millones 646 mil 666 casos. Los fallecidos 1 millón 475 mil 120.  EEUU, India y Brasil son países con cifras record. Como una señal premonitoria, cierra el año, igual que al inicio,  con el asesinato del científico Mohsen Fakhrizadeh, Director General del programa nuclear Iraní. Tras los ataques están Israel y los EE.UU.

Cierra el año con la lucha de mercados entre las trasnacionales imperiales. Un producto más se incorpora y buscan el control y hegemonía:  la vacuna contra el covi-19. ¡Jalisco nunca pierde! EE.UU con nuevo Presidente “Demócrata”, el mismo que coordino y administró invasiones en todo el mundo, desde la administración de Barack Obama hasta hoy, será el continuador de la política intervencionista. Cuba  y  el recrudecimiento del bloqueo, al igual que Venezuela y otros países, pueden dar testimonio de ello.

Los pueblos  siguen su marcha. Las manifestaciones reivindicativas cruzan todo el continente Americano. Los negros y latinos en EEUU por los derechos civiles y la migración. En Sudamérica, desde México a la Patagonia, pasando por Centro América y el Caribe las luchas están presentes. Revindicando salarios, condiciones de vida, contra la corrupción, contra los políticos, derechos constitucionales y nuevas constituciones, contra gobiernos y gobernantes, pueblos originarios. Los jóvenes, no ya como expresión estudiantil, sino como masa inclinaron la balanza y derrocaron los políticos en el Perú… Pueblos que se ha puesto en marcha, solos, sin izquierda... pero con horizontes amplios y libertarios.

Tras la tormenta el horizonte siempre se despeja, renace el norte. Con qué nos encontraremos, no podemos dar cuentan en su configuración específica; lo que evidencia la presente situación es la fuerza, la intensidad con que se ha venido manifestando un movimiento autónomo de pueblo. Aquí se hace evidente un signo esperanzador en lo por-venir.