Proletariado
Venezuela, del país agrario al
petrolero.
Luis E. Villegas N.
Este es el quinto articulo con que
cierra la serie «Venezuela, del país agrario al petrolero», con que iniciamos
esta sección «Proletariado», del «Blog. América en su Historia, su Literatura y
su Filosofía» Más adelante continuaremos
con otros artículos correspondientes a esta sección, cuyas lecturas son
complementarias con los de la sección «Narrativa del petróleo». Podemos decir
que es una doble lectura sobre un mismo tema, abordado desde dos perspectivas: la literaria y la
histórica. El período va de 1908 a 1936 de nuestra
historia Venezolana.
Sirvan pues estos artículos como un
aporte al debate histórico e ideológico, al mismo tiempo que una invitación a
la reflexión sobre aspectos centrales de
«La historia como horizonte» en
nuestro que-hacer político-social. Cerramos pues estas líneas, con una última
consideración sobre el tema: “Nace un nuevo país y el proletariado es su
arquitecto”.
La
historia como horizonte.
Lo
transitado en la historia, así como lo que hicimos y sembramos será lo que
recojamos en el futuro. En ello va la experiencia y el aprendizaje. ¡Es la
historia como horizonte!
Un país va más allá que un espacio
geográfico demarcado por unos límites que forman fronteras con otros
territorios, que demarca a grupos de personas dentro del territorio. Un país
está formado por relaciones sociales, formas de intercambio, usos y costumbres,
así como también se constituye de la
memoria de su proceso histórico. Dicho de otra manera; está constituido por una
acción de sujetos sociales, una historia y una cultura que le da fisonomía e identidad.
En la historia venezolana el siglo
XX representa el espacio de tiempo donde se conforma un nuevo entramado social,
político, cultural e ideológico, que rompe con su evolución tradicional. Por
éste hecho decimos: ¡Nace un nuevo país y el proletariado es su arquitecto! Comprender
este hecho es fundamental tanto para el ciudadano común, como para el
venezolano militante.
Entendemos por ciudadano militante,
al ciudadano activo, que actúa, que se informa, que se forma en tanto que tal.
No al “ciudadano que cede o delega sus
derechos y responsabilidades en caudillos o instancias burocráticas o Estado.
Miremos la sociedad de la antigua
sociedad Griega que veían sospechoso al ciudadano que no participaba de la
ciudad; la cuestión que nos diferencia es que para ellos no todos eran
ciudadanos, sino sólo unos pocos… Nosotros invertimos la ecuación.
La modernidad llega a Venezuela con el
petróleo a principios del siglo XX; vino acompañado del capital trasnacional y
el imperialismo estadounidense. Esta modernidad fue la misma para toda
Sudamérica, solo que según la especificidad del país adquiriría su propia
fisonomía. La modernidad se nos presentó ofertando un mundo de progreso y
desarrollo. El “paquete” incluía ideas novedosas, el positivismo como
filosofía, su plataforma el industrialismo y el capital trasnacional. La oferta
resultaba más que tentadora, haciendo suspirar a “Ariel” en su nostalgia por el clasicismo atropellado por un modelo experimentado
en la experiencia del país del norte.
La
modernidad resultó un éxito para una burguesía local que nació y creció al servicio
del capital trasnacional. El imperialismo, que pregonó “América para los
americanos”, fue inundando todo el
ámbito de la sociedad venezolana. Al final resultó una oferta engañosa para la
mayoría de la población, cuya condición de vida fue la miseria y la explotación.
La
modernidad para Sudamérica significo la instauración la sociedad capitalista
del tercer mundo. Las expectativas con que Venezuela entra al siglo XX estaban
centradas en el positivismo como ideología y el industrialismo como plataforma
de desarrollo; banderas que no eran otra que las premisas del modernismo.

Se
establecía entonces las condición necesarias del nuevo estado social capitalista, tal y como
lo formulara Carl. Marx, cuando enuncia la
contradicción capital / trabajo como factor histórico social que aparece en la
revolución de la burguesía. Esta
contradicción / capital trabajo, explica
la conflictividad social que aparece en todo el período. Su expresión no es
otra que la manifestación de la lucha de clases en la formación de la Venezuela de principios
del siglo XX.
En
estos rasguños históricos (contenidos en los artículos) , hemos dado algunas
pinceladas en torno a: El contexto venezolano de finales del siglo XIX y las
condiciones en que entramos al XX. La aparición del petróleo y el imperialismo
en la trasformación del país. La aparición del proletariado venezolano y su rol
en la construcción del país. La evolución de la organización obrera, su
secuestro por el reformismo occidental y el estalinismo; la subordinación de la
clase al partido y la preponderancia de su vanguardia política sobre la clase
obrera en tanto que sujeto del proceso. Temática que debe ser abordada en una
reflexión general y colectiva.
Como queda dicho, son rasguños históricos de
nuestro proceso, son elementos de una temática que habría que; por un lado,
profundizar en otro espacio más amplio; por el otro, debatirlo desde una
dinámica colectiva en el seno de los trabajadores y el movimiento social.
Nuestra lectura de esta parte de la historia venezolana nos dice que el período de
la gestación de la modernidad venezolana y la aparición del proletariado
moderno venezolano es fundamental para la comprensión de nuestra realidad
actual. Aspecto este que consideramos
que no abordado con la suficiente atención, dada la implicación de la temática
en nuestra identidad de país y pueblo.
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