Luis
E. Villegas N.
La
modernidad venezolana adviene con la aparición del petróleo. Nuevos factores
político sociales irrumpirán contra una dinámica de pobreza e ignorancia
heredada de siglo XIX. La nueva situación no modificara la realidad del pueblo,
tendrá nuevo rostro; más, será la misma miseria producida ahora por la
explotación petrolera. Son transformaciones de un nuevo proceso que estará
sostenido por una férrea dictadura, cuyo principal signo será la barbarie.
La
corrupción seguirá cabalgando en esta primera parte, y en lo que sigue del
siglo XX. Tendrá nueva fisonomía, será más técnica, más sofisticada, más
“científica”, si podemos decir así. Será
producto de la explotación petrolera, tendrá nuevo rostro; será el
estigma de una nueva realidad. Atrás quedará aquella corrupción que, principalmente,
se producía en el seno del Estado desde los altos personeros del gobierno hasta
el último funcionario o jefe civil del más lejano pueblo perdido del territorio
venezolano. Ahora el escenario es otro; entra en acción la gran empresa petrolera
ampliando el ámbito de la corrupción al escenario internacional.
Miguel
Rodríguez Toro (1808-1964) da cuenta del fenómeno en su novela «El Señor Rasvel» (1934). Novela que se inscribe en las
primeras narraciones del género petronovela; cuyo período estará constituido
por los primeros desarrollos de la explotación del petróleo. La novela aparece un año antes de la muerte
del dictador J. V. Gómez; cuya narración se despliegan a través de 80 páginas y
16 capítulos escritos de manera concisa.
Desde
la perspectiva del género literario se le ubica en la narrativa pionera de la
novela venezolana del petróleo. Período de gestación (1900-1935) que culmina
con la aparición de «Mene» (1935), novela del escritor venezolano Ramón Díaz
Sánchez (1903-1968), considerada por los críticos como la primera novela venezolana del
petróleo.
La
caracterización y clasificación hecha por los críticos literarios, esta
enmarcada en una polémica que todavía no llega a su fin. Es una polémica
presente hoy, cuyos criterios, son diversos y dispares. En todo caso, según
algunos «El Señor Rasvel» es considerada
como “la primera novela venezolana cuyo tema esta ligado a una situación de
auge de la explotación petrolera en Venezuela.
Si
bien el contexto es el régimen gomecista, cuyo contexto llevaba a los
escritores a la denuncia social, el
autor deja de lado el planteamiento directo de la política y se enfoca a la
narración del mundo administrativo de las empresas. Tenemos pues, otra forma de
explicitar el hecho político ideológico del período. En la narración pone de
manifiesto los juegos, tanto en la trama de sus personajes como en la cultura
del negocio, donde esta incrustada la corrupción, que allí se va erigiendo como
aparición de un viejo fenómeno social aparecido con nuevo rostro.
Tenemos
pues que la novela «El Señor Rasvel» nos introduce en el mundo de las prácticas
de corrupción en las finanzas y la administración de las empresas, en
particular la de una trasnacional petrolera. Este fenómeno político, en su
expresión social-administrativa, es una especie de genuina expresión de la
corrupción la cual se presenta una nueva modalidad o tendencia propia de la
modernidad donde va entrando la sociedad venezolana.
Considerando
el itinerario de la novela, vemos que entre el punto inicial y el final de la
narración la trama se desarrolla bajo el eje de la temática de la corrupción.
Se inicia con un desfalco cometido por el sobrino del representante ingles de
la trasnacional petrolera. El desarrollo narrativo explaya las distintas
argucias administrativas y contables para la “limpieza” del hecho y el
aprovechamiento del incidente para limpiar otros casos. Un desfalco de 85 mil
bolívares se convierte en uno de 300 mil para cubrir otros casos y compensar
esfuerzos de los “especialistas administrativos”. (2)
El
cierre de la novela esta representado por una especie de “final feliz”, donde
todos terminan disfrutando del fruto de “su trabajo”. Termina con la
consolidación social de los personajes que han “labrado un por-venir” durante años.
El desfalco, que año tras año se ha venido realizando a diferentes niveles,
entre el personal administrativo de la empresa, consolidó una capa social
gerencial. La cultura de la corrupción ha triunfado. Queda pues, cual
premonición, latiendo como el signo de una cultura que llega hasta hoy. La
corrupción “de nuevo tipo” se consolido en el país que entró a la modernidad
sellada por la impronta del capital trasnacional.
Desde
una lectura retrospectiva de la actual realidad venezolana; y porque no, sudamericana,
encontramos que la narración viene a representar una especie de génesis de una cultura que
impregnó la sociedad venezolana en el
mundo de los “negocios y la alta gerencia”
durante el período de conformación de la modernidad venezolana.
Mundo
del ámbito empresarial donde el complejo tema de la administración empresarial
y financiera; de los negocios mercantiles, donde la línea entre lo legal y lo
permitido, la pasividad y la oportunidad, torna complejo cualquier definición
“clara y distinta”.
Fenómeno de la modernidad, de una sociedad
en transición a una etapa industrial mono-productiva que permeará toda la
sociedad venezolana, donde lo ético viene a ser redefinido como elemento
justificador de un comportamiento
social; done lo ético va a transformarse en definiciones ideológicas.
Podemos pues, en una lectura de acercamiento a ese proceso histórico, inferir que la novela «El Señor Rasvel» apunta a la configuración de una cultura de la corrupción que impregna al venezolano, forjada en la modernidad donde entraba el país para la época.
Podemos pues, en una lectura de acercamiento a ese proceso histórico, inferir que la novela «El Señor Rasvel» apunta a la configuración de una cultura de la corrupción que impregna al venezolano, forjada en la modernidad donde entraba el país para la época.
Notas
(1). Miguel Toro Ramírez. El Señor Rasvel.
Prólogo Cósimo Mandrillo. Biblioteca Ayacucho. © Fundación Biblioteca Ayacucho,
2019. Colección Claves políticas de América. Serie petróleo, Nº 2. Caracas
Venezuela.
(2). Consideremos que la novela fue editada hace
86 años; por tanto, puede confundirnos hoy el valor del desfalco expresado en
términos monetarios de la época.
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