martes, 1 de agosto de 2023

Ensayo.

El negro en la literatura Sudamericana

Luis E. Villegas N.


La narrativa de la negritud venezolana y latinoamericana, ha tenido un desarrollo tardío. Es la expresión del propio desarrollo histórico de la fisonomía o estructuración Sudamericana.

Los antecedentes de esta narrativa podemos encontrarla en el contexto de la época colonial. A partir de las crónicas que escribieran los españoles durante el período de desarrollo del colonialismo europeo en América.

Las referencias a los negros y a su vida se registran de manera tangencial en informes y documentos que daban cuenta, principalmente, del desarrollo de la conquista en América. Una visión de la negritud a partir de la vida del negro en tanto que pieza de un sistema de producción: la hacienda y la plantación; debió esperar otros desarrollos que acaecieron en tiempo posteriores.

La narrativa, que de alguna manera abordaba al negro, tenía la característica de  de crónica y su estructura fragmentaria. El período posterior donde emerge en la narración la cuestión negra, emergerá con el proceso de independencia. Período donde se va a conformar una sociedad multirracial hispanoamericana, donde le estará destinado al negro ocupar un lugar como colectivo social.

Para el siglo XIX el tema será abordado por escritores blancos, y en algunos casos mestizos. La temática antiesclavista va a ser recogida en narrativas que tendrán diferentes motivaciones, y estarán al servicio de determinados intereses.

El paisaje Sudamericano, en tanto que expresión exótica de la naturaleza frente al paisaje tradicional europeo, comienza a ser buscado por escritores de este lado del mar. Venía a representar una especie de experimentación de nuevos modelos de escritura. En otras perspectivas serán los comienzos de búsqueda de una entidad propia del Continente.

El proceso, que lleva a la emergencia de una expresión de la negritud en la literatura Sudamericana, será largo  y formará parte de la constitución de esa nueva entidad humana surgida tras la conquista en el continente.

Los escritores costumbristas recogían fragmentos de la vida del negro Sudamericano, destacan en ello el contexto caribeño. Por lo general los escritores eran gente blanca que buscaba expresar la singularidad de otra raza diferente a la de ellos. Las diversas perspectivas literarias que apuntan a la búsqueda de la expresión americana comienzan a expresarse a partir de las corrientes venidas del canon europeo, las  cuales contribuyeron significativamente al proceso.

Hacia fines de la primera parte del siglo XIX predominó la tendencia antiesclavista. Gran Bretaña había decidido condenar la esclavitud y con ello  retomó fuerzas el movimiento antiesclavista.

En este contexto se desarrolla en Cuba un movimiento literario a partir de la “Tertulia Delmontina”. Fue un espacio libertario impulsada por Domingo del Monte donde surgieron escritores y literatura. Parte de ese producto literario fue enviado a Inglaterra, como documentación” para un “Congreso Anti-esclavista que se realizaría durante ese período.

De la “Tertulia Demoltina” se generará una primera literatura de la negritud que será considerada como referente de las primeras manifestaciones de la narrativa negra. De las obras de la época destaca SAB, novela de la poetisa cubana  Gertrudis Gómez de Avellaneda; novela escrita en 1841 y considerada por la crítica como la primera novela anti-esclavista.

La Avellaneda no era negra, era una escritora cubano-española, que vivió entre España y Cuba. Su adolescencia la vivió  en la isla, y en España cultivo, con significativo éxito sus obras en el campo de la literatura y la poesía.

La Avellaneda no perteneció a la “Tertulia Demoltina”; a ella pertenecieron Anselmo Suarez Romero, quien escribiera “Francisco” (1880); Cirilo Villaverde quien escribiera “Cecilia Valdez” (1839) y el colombiano Jorge Issacs con “María” (1867), entre otros escritores.

Son autores que podemos considerar precursores de una literatura negra; sin embargo, no es una narrativa escrita por negros. Aquí podemos hacer referencia al peruano Mariátegui, que a propósito de la narrativa indigenista planteaba: “Existirá  literatura indigenista cuando sean los propios indígenas los que la escriban”. Postulado que podemos trasladar a la literatura negra.

Podemos considerar que hablar de una narrativa correspondiente a un sector social específico, o categoría social, implica que ese sector haya tenido su propio desarrollo, y en consecuencia la condición necesaria para expresar la dinámica y sentido  que haya estructurado.

 El s XIX podemos caracterizarlo como el siglo de la gestación del movimiento campesino y negro. El siglo XX será el espacio histórico donde esos movimientos  se van expresar. Movimientos que se expresan tanto política como ideológicamente, en tanto que  sujetos sociales. Es pues el siglo donde van a expresarse entonces, tanto la literatura negra como la indígena.

Hacia finales del s XIX, en la perspectiva mariatigueña, emerge la poesía negra cultivada por el alma negra, Poesía que tuvo un reconocimiento tardío de la crítica literaria, hoy considerada como la primera poesía negra sudamericana., cuyo poeta que la escribiera fuera Candelario Obeso en 1889.

Entramos al siglo XX. Como queda dicho, con el desarrollo del naciente movimiento indigenista y negro. La revolución mexicana haría su aparición de los movimientos de masas campesinas e indígenas; primero en 1905 y luego con la revolución en 1910.

Emergen pues los hechos políticos-sociales-ideológicos que pondrán al indigenismo en una dinámica mucho más efervescente, dado la emergencia de la revolución campesina, que al movimiento negro, cuestión que podría interpretarse como una de las razones de lo tardío del movimiento literario negro.

Si bien la revolución mexicana puso sobre el tapete la entidad indígena como material de desarrollo del movimiento social y cultural al indigenismo, la emergencia del negro se expresa, ya no  en el Continente sino en el Caribe. Hacia 1938-1939 se escribe el poema “El cuaderno de de un retorno al país natal”  del poeta martiniqueño Aimé Cesaire (1913-2008)

En la Francia Colonialista se conforma el movimiento de estudiantes anticolonialistas de cuyos dirigentes surgirán El poeta martiniqueño Aimé junto al senegalés Leopold Sédar y el guayanés León- Gontran Damas. Estamos en los convulsos años 20 europeos, donde emerge el movimiento de la negritud donde Aimé será su primer portavoz.

El poema “El cuaderno de de un retorno al país natal” será el manifiesto poético-político de ese resurgir y autoafirmación de una poderosa identidad africana y afro descendiente.

En el continente los escritores  encuentran nuevas temáticas genuinas del continente que la hacen temáticas de la escritura. Así pues, incursionaron en los valores humanos,  folclóricos y mágicos.

Entre los escritores y sus obras, entre otros, encontramos: Demetrio Aguilera Mata, quie escribiera “Don Goyo” (1933). Alejo Carpentier con “Ecue-Yamba-O (1933). Bernardo Arias Trujillo, con su obra”Risaralda” (1935). Rómulo Gallegos y “Pobre negro” (1937). Autores y obras donde todavía predomina el blanco que narra la condición del negro.

Para la década de los 40 y 50 del s XX va a emerger una novelística modernista desarrollada por afroamericanos, entre algunos de ellos tenemos: El dominicanos Ramón Barreto Aristy. El Ecuatoriano Adalberto Ortíz y Nelson Estupiñas. Los colombianos Manuel Zapata Olivella y Arnaldo Pelaciín Mosquera. Asím ismo, los venezolanos Juan Pablo Sojo y Ramón Díaz Sánchez. En Puerto Rico a Enrique A, Laguirre. Autores que abordan problemas social-reformistas, más que problemas de raciales.

 

 

 

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