
Movimientos en el
tablero
Luis E. Villegas N.

La conflagración entre los
poderes dominantes en el mundo continúa su marcha.
Su movimiento (la guerra)
sólo se detendrá al llegar a su tope la conquista en que están embarcados los
centros imperiales y así proceder al nuevo reparto del mundo.
Occidente y Oriente, como
civilizaciones que tienen el capitalismo como
común denominador, han llegado a un punto que requieren
irremediablemente expandirse, como lo exige el desarrollo del capital.
El primero (EE.UU) busca
mantener su hegemonía en el mundo, el segundo (China –Rusia) constituirse, dado
su desarrollo, en bloque con mayor participación hegemonía en el mundo.
Ucrania es la punta de lanza de Occidente confrontada contra Rusia, que forma parte del mundo euroasiático. Es una guerra que representa el escenario principal de la conflagración Occidente-Oriente.
La guerra nos es presentada
como una confrontación entre naciones, y en el sainete los países de la Unión
europea se “solidarizan” con Ucrania.
Acción articulada por la industria
de la comunicación, transformada en propaganda de guerra, como camuflaje de la
responsabilidad de los grandes centros imperiales.
Además de Ucrania como
punto central, la guerra se mueve en otras dimensiones y en otras geografías
del mundo. Vamos a referirnos a los impactos de los movimientos en Sudamérica.
Como hemos reseñado, para
el mes de junio, el movimiento político entre Sudamérica-Oriente fue
significativo, tanto por los eventos regionales entre países, como por las
visitas del Presidente de Irán y la visita de la Presidenta de Honduras a
China. Hechos que leemos como signos o indicadores de la dinámica sudamericana
que no están al margen de la conflagración inter-imperialista.
Se constata en la región el
movimiento los EE.UU que busca reforzar su presencia militar en el continente a
través de Perú. Para este mes de julio se ha incrementado la presencia militar
con nuevos contingentes. Algunos analistas consideran que estos movimientos de
posiciones en el cuadro representan una respuesta de EE.UU. a Oriente.
Es significativo registrar
en este mes dos eventos de carácter internacional que tienen que ver con la
guerra y nuestra región. Uno es la cumbre de la Otan donde no pudieron aceptar
como miembro a Ucrania, dado que con ello se generalizaría la guerra, lo cual
no es del interés de las grandes potencias.
Segundo la reunión de la
Unión Europea y el Mercosur convocada por España, donde Europa pretendía lograr
acuerdos económicos dada su crisis energética y comercial, además de un acuerdo
de solidaridad de Sudamérica con Ucrania. La Cumbre termino sin acuerdos y
algunas voces condenaron la política de Bloqueo de los EE.UU para con los
países del continente.
Reseñamos algunos
indicadores del movimiento chino en la región, que ha venido progresivamente
desarrollado durante los últimos años, los cuales nos dan una panorámica de su
presencia en el continente.
China ocupa el puesto principal en las economías de Brasil, Chile, Argentina y Perú; mientras que EE.UU lo es para México, América Central y El Caribe.
Esta presencia del país Asiático tiene un doble efecto; por un lado viene desplazando a los EE.UU en su llamado “patio trasero” y por el otro, la incidencia en las economías latinoamericanas ha hecho que se viva un proceso de retroceso en los pasos de integración comercial.
Según los indicadores económicos de los países, se evidenciaban pasos importantes en el comercio interregional que la presencia China impactó en efecto negativo; Brasil dejó de ser la mayor fuente de bienes importados a la Argentina; y a su vez, éste dejo de ser el principal país del origen de las compras del Paraguay.
Del mismo modo, China cada vez ocupa más espacio en la financiación de infraestructuras y comunicaciones en la región, América Latina representa el 10,8 % de los flujos de inversión de China. Además es la mayor receptora de inversiones Chinas fuera de Asía, superando a África, Europa y Norteamérica.
Sobre el desenlace de la guerra existe la opinión de algunos analistas, piensan en la posibilidad que se desate una guerra generalizada a partir del conflicto Ucrania-Rusia; la cual, ciertamente, es una de las probabilidades; esto sería sólo posible si se produjera, por alguna circunstancia, que se escapara de las manos el control de la guerra a los centros imperiales.
Un indicador de ello lo representa la no aceptación de Ucrania como miembro de la OTAN en la cumbre que se realizó este mes. De ser objetivo de los intereses imperiales, lo habría aceptado y así desatar la guerra generalizada. Ello muestra también que no es una guerra entre países, sino que la realidad es una conflagración imperialista que implica a todo el mundo.
Este hecho parece confirmar el análisis de las columnistas del portal rebelión que plantean que no hay, a pesar de las opiniones de muchos otros analistas el interés de una guerra generalizada. Su análisis y sus argumentos van en la siguiente dirección.
Su argumento está basado en dos condiciones sobre los cuales gira la situación actual de guerra.
Primero, La Doctrina de Destrucción Mutua, basada en la Teoría de Juegos, donde no se concibe una perspectiva de destrucción total.
Segundo, el poderío armamentista de Rusia, que ha puesto de manifiesto en la presente situación; cuyo desarrollo tecnológico dejaría en ridículo el uso de armas en una conflagración nuclear.
Dice el columnista que “hay una absoluta superioridad de la cohetería rusa frente a los escuderos y demás armas norteamericanas. Así pues, tenemos otra perspectiva del desenlace de la guerra.
Para finalizar queremos levantar un punto importante en el desarrollo de la guerra. La guerra, más allá de Ucrania, es una guerra de conquista. Materias primas y control de territorios vuelven a ponerse en el centro de los intereses imperiales.
Vuelve
a repetirse la historia colonial sudamericana y de otros países del tercer
mundo en torno a políticas de saqueo y destrucción más allá del país y la
naturaleza. Las acciones predominantes están en el ámbito de la minería y las
políticas extractivas de minerales especiales. Cuestión que está en el centro
de esta guerra inter-imperialista y que requiere un tratamiento aparte en un
próximo “Parte de Guerra”.
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