Luis E. Villegas N.
Su autor Haruki Murakami, japonés
fuertemente influenciado por Occidente, tras la publicación de su novela en
1961, se convirtió en un Best Seller;
sus ediciones llegaron a cuatro millones de ejemplares. Su autor se transformó
en una especie de ídolo juvenil. Su obra es polémica, tanto por la temática
como por el carácter literario asignado a su escritura, según criterio de los especialistas. A pesar del
medio siglo de la aparición de la 1ra edición de la novela mantiene su
actualidad por su temática, tanto para las generaciones que vivieron el
contexto de esa época, como para las actuales.
La novela va a tejer su trama a
partir de los recuerdos que uno de sus personajes rememora la época pasada.
Recuerdos que evocará diez y ocho años después de haber vivido su etapa juvenil
como estudiante de secundaria y universitaria. Un Boeing 747 que cubre la ruta
Japón – Alemania aterriza en este último país. Al desembarcar contempla un
hermoso prado verde que le lleva a evocar su pasada vida juvenil. Es el otoño
de 1969, para ese entonces contaba casi 20 años, en contraste con sus treinta y
siete y su actividad como ejecutivo de una importante firma trasnacional.
Eran los años de las revoluciones de
la juventud y los estudiantes en todo el mundo; que impacto de manera significativa toda la estructura social
mundial: Su explosión inicial fue «El Mayo Francés» de 1968. El mundo actual es otro; sin embargo el
recuerdo dota de sentido la existencia, nos retrotrae la búsqueda juvenil del
pasado al presente. Los hechos vividos emergen como historias que modelan lo
actual humano. Hechos y sentidos que conforman la novela Tokio Blues.
En
plena revolución las paredes hablaban: ¡Paren el mundo que me quiero bajar!;
rezaba uno de los tantos grafitis que expresaban la imaginación y la rebeldía
juvenil. Tiempos donde latían con mucha fuerza la aspiración a un mundo más
cercano al hecho humano. Beatles, literatura, poesía, amor libre
filosofía…materias primas de la que estaba hecha la época. Mundo éste que nos
narra Haruki Murakami desde la cotidianidad de la sociedad japonesa.
Dos momentos de las etapas juveniles
del personaje resaltan en la narración y como tema de fondo aparece el fenómeno
del suicidio en la sociedad japonesa impactando significativamente a la
juventud. En los dos momentos aparece el personaje en una triada sentimental de
amistad y amor. Los críticos caracterizan la novela como una trama de educación
sentimental. Es la búsqueda de una juventud por encontrar un lugar en el mundo.
Ya el personaje principal, convertido en un ejecutivo importante, nos retrotrae
al pasado juvenil, como una manifestación de su inconformidad o nostalgia al
pasado frente a su vida actual de madurez y como un hombre incrustado en la sociedad japonés.
Los primeros capítulos de la novela
nos relatan el período de adaptación a la ciudad y la vida estudiantil, donde se
narra la vivencia en un residencia estudiantil y los amigos que va teniendo.
Dos hechos van a marcar su vida: primero, la muerte por suicidio de su
compañero Kizuk, novio de Naoko, del cual formaba parte de la tríada de
amistad; que da pues, paso acompañar a
Naoko y apoyarla en su soledad. Segundo, la frustración del resultado de la
revolución juvenil, donde sus dirigentes se integran y la sociedad recupera
todo el movimiento en función de sus intereses.
El descubrimiento de la vida adulta
y su fase de preparación en esa sociedad moderna y organizada, podemos situarla
en cuatro aspectos que forman parte del núcleo de la novela: primero, las
amistades juveniles, como primer espacio de encuentro con el Otro; segundo es
el suicidio como elemento determinante en la vida de algunos personajes
(sociedad). Tercero, el Hospital-santuario como espacio que alberga la
contradicción de una sociedad y Cuarto, la Universidad como herramienta para la
producción. Formas estructurales de la sociedad japonesa para la producción.
El proceso de madurez reflejado en
la vida de los personajes podemos
evidenciarlo en los siguientes hechos: cumpleaños número 20 de Wentanabe, el
cual marca el punto de inflexión en su vida. El momento en que entiende que los
estudios no tienen sentido. Del mismo modo, que el sexo por el sexo tampoco
tiene sentido. El amor como espacio vital, por tanto, decidirse amar a quién
puede serle correspondido, superando entonces las trilogías del amor. Buscar la
independencia por la vía de los hechos, por tanto, rompe con la residencia
estudiantil.
Estos factores del descubrimiento de
la vida adulta están enmarcados en la esencia de la sociedad japonesa, a partir
de los personajes de la novela, en una triada existencial; el trabajo, el
suicidio y la angustia de la soledad.
La estética de la novela nos rebela
otra forma de percibir y llevar la vida. El tiempo y su descripción no se
corresponden con el formato del calendario Occidental. El tiempo es descrito por
sus manifestaciones de color, de la luminosidad del sol, delos días alegres o
tristes. De la misma forma de la descripción permanente del paisaje, más no en
su forma clásica de describirlo como naturaleza; es el paisaje impregnado del
hecho humano. Resalta lo minucioso de la descripción de lo cotidiano, la calle,
la comida, la librería, el bar…
En Tokío Blues encontramos que cada
persona es una historia. Cada historia encierra un misterio vital en sí.
Historia que encarna la vida, por todo, una historia dura, más no triste a
pesar de lo duro de las situaciones vividas.
(1) Tokio
Blues. Norwegian-wood. Haruki Murakami. ©1987 1ra edición Colección Andanzas- Tusquets
España 2005-2007. México 2005-2008.
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